Ideal para la conservación de la vacuna preparada, debe reunir ciertas características:
1. Color: Deberá tener un color rojo fenol que nos sirve de indicador de la estabilidad del pH del diluente, esto ayuda para poder revisar cambios del pH debido a contaminaciones bacterianas o por el cambio que puedan causar algunos antibióticos, hecho que daña a la vacuna.
2. Transparencia: Debe ser cristalino y no deberá presentar turbidez o presencia de material extraño.
3. Precipitado: Esto puede indicar que los mismos ya no son aptos para su uso.
4. pH: Entre un 7.1 y 7.3, sin embargo cambios en el mismo de 6.6 o 6.2 ocasionan pérdidas en la potencia de la vacuna en porcentajes de 10 hasta 40% dependiendo de la cepa vacunal, por lo que debe cuidarse la adición de cualquier sustancia que se haga a los mismos.
5. Osmolaridad: Es la cantidad de solutos que contiene el diluente para que exista equilibrio en el medio intra y extracelular permitiendo que el cultivo celular de la vacuna permanezca sin daño alguno por variaciones en el mismo.